Lectura de la Constitución Española

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Texto relativo a la celebración en Villanueva de Córdoba, de la proclamación de la Constitución de 1812 , con el que se ha iniciado el acto de lectura continuada de la Constitución Española.

(Al margen: Testimonio) El infrascrito escribano público y cabildo de esta villa de Villanueva de Córdoba doy fe: que habiendo dado aviso al ayuntamiento de ella el señor don Ramón Antonio Amuñano, juez de primera instancia de las Siete Villas de este partido de Pedroches de que en la tarde del trece del corriente se personaría en este pueblo para la publicación y jura de la sabia Constitución política de esta monarquía; los señores justicia y concejales penetrados de las más viva satisfacción dieron las disposiciones convenientes para solemnizar tan plausible y agradable acto, haciéndole entender por bando al público a fin de que concurriere.

En efecto llegada dicha tarde con noticia igualmente de que se aproximaba inferido señor juez, esparcida esta voz fue recibido (entre paréntesis: y pendiente su comisión que traía) con repique general de campanas, por la justicia, ayuntamiento y un gentío inmenso que sin cesar gritaba, viva el rey, viva la religión, viva la alianza y viva el señor comisionado alcalde mayor de estas villas; de cuyo modo con la anunciada asistencia llegó a las Casas Consistoriales, desde donde por una diputación fue trasladado a las del señor don Bernardo Moreno de Pedrajas vicario y cuera de esta iglesia preparadas para su alojamiento.

En la noche del mismo día se repitió el repique, hubo iluminación general con salvas a los infinitos vivas, de escopeta, cohetes, y otras invenciones de fuego, música instrumental en las Casas Consistoriales, y una función en las de doña María Josefa de la Cámara viuda de don Sebastián Cabrera en que concurrieron con dicho señor juez las señoras y sujetos principales de este villa, previo convite que les fue hecho por su justicia, y ayuntamiento; completando esta función un espléndido refresco, y terminado a las cinco de la mañana del catorce.

En este día habiendo concurrido los señores capitulares a las casas de ayuntamiento el clero, los sujetos de institución y los hermanos mayores, y cofrades de las hermandades de Nuestra Señora de Luna, la del Rosario, y San Sebastián con sus banderas, a las que seguía el pueblo, se dirigieron todas desde ellas con la música y una graciosa mojiganga análoga a las circunstancias, a las del alojamiento del mencionado señor juez de primera instancia, el que se trasladó con la significada comitiva, en medio de vivas y aclamaciones a predichas Casas Consistoriales, donde se hallaba colocado en un solio magnifico el busto de nuestro muy amado, y augusto soberano don Fernando Séptimo; desde las cuales tomando la Constitución que estaba sobre una primera batea el señor alcalde de primer voto don José de la Cámara, se partió procesionalmente repitiendo vivas, salvas, y cohetes por varias calles del pueblo hasta llegar a la Plaza, donde en otro solio, o dosel, se hallaba otro retrato de nuestro augusto monarca, y cuatro individuos de dichas cofradías con alabardas, y morriones a la antigua española, haciéndole custodia sobre el tablado al intento hecho, en el que subió el nominado señor juez, la justicia, ayuntamiento, y curas párrocos, y colocados en debida forma, el expresado señor pidió silencio al inmenso concurso que allí había, y en seguida con el mayor enardecimiento dijo en alta voz; viva el rey, viva la religión: a que contestaron todos con el mismo, viva, viva, arrojando los sombreros por alto, y haciendo otras demostraciones de sumo gusto, y alegría, visto lo cual volvió a pedir silencio, se obedeció pronto, y ciegamente y en seguida me entregó referido señor juez la Constitución, y puesto en un extremo del tablado fue leída por mi en voz alta, e inteligible; y hecho así repitió dicho señor juez, viva el rey, viva la religión, a que todos los circunstantes dieron la misma contestación, y en seguida tomando una porción grande de dinero en plata y vellón que estaba preparada en azafates, arrojó su mitad al pueblo. Consecuente a lo cual se continuó procesionalmente por otras calles de esta villa ricamente colgadas sus puertas, como lo estaban las citadas anteriormente; hasta volver a predichas Casas Consistoriales, donde repitió el viva, y concluyó de arrojar la moneda, contestando el pueblo con el mayor entusiasmo, y feneciéndose el acto con un magnífico agasajo que dio el Ayuntamiento haciendo entender a todos se preparasen para jurar la Constitución el día diez y ocho en la iglesia parroquial, a que se prestaron y gustosos repitieron vivas con el mayor fervor.

En la tarde el propio día catorce, y en el siguiente quince hubo novillada, se repitió la iluminación, repique, y función de baile en las Casas Consistoriales la noche del catorce, con otros negocios públicos. En la del diez y siete se anunció la jura con la misma solemnidad, y hubo iluminación general y en el de hoy formado el Ayuntamiento en casas de cabildo al toque de misa mayor pasó a la parroquia que se hallaba ricamente colgada, se dijo misa cantada, con diáconos, y el Señor manifiesto; y al tiempo del ofertorio se leyó en el púlpito la Constitución, predicando en seguida con mucha oportunidad, y gracia el reverendo padre fray Diego Contreras religioso del orden de san Pedro de Alcántara provincia de san Diego en Andalucía, y natural de esta villa, y colegial en el de Sevilla, concluida la misa los curas párrocos, y el clero prestaron solemnemente el juramento a la Constitución en manos del referido señor alcalde don José de la Cámara, y en seguida lo hizo el pueblo, se cantó el te deum, se reservó, y hubo procesión con la cruz de parroquia cantando la letanía de los santos, y fenecida esta festividad se pasó a las Casas Consistoriales, y dio la villa un espléndido agasajo según que así resulta de las diligencias obrantes en esta razón que quedan unidad al libro capitular corriente a que me remito.

Y para que conste de mandato judicial doy el presente en Villanueva de Córdoba a diez y ocho de octubre de mil ochocientos doce.

(rubricado), (rubricado). (signo) Antonio de Ábalos Lozano, escribano (rubricado).