– Pocos territorios poseen un patrimonio tan interesante y con tantas posibilidades como el de Villanueva. Los diferentes parajes hacen que sea un lugar lleno de posibilidades para la práctica de actividades como el senderismo, mountain bikes,…
– Las miles y miles de encinas que se observan son un verdadero tesoro verde fuente de riqueza ecológica y el soporte de una interesante actividad económica, centrada en el ganado ovino y vacuno de carne, con sendas razas autóctonas merina y retinta, y aprovechando el fruto de la encina para el porcino. Fruto de la diversidad biológica es el uso cinegético que estas dehesas soportan, con especies tan interesantes como la paloma torcaz o la tórtola, el acentor común, la tarabilla, el triguero, el agateador y el carbonero común.
– Lugares especialmente atractivos por el rico ecosistema que conservan son la confluencia del río Cuzna y Gato declarados espacios de interés comunitario.
Distancia: 22 Km. (ida y vuelta).
Dificultad: Baja.
Estación recomendada Primavera, otoño, invierno.
Modalidad Senderismo, cicloturismo, cabalgada.
Valores Paseo por la dehesa mejor conservada de España.
Ganadería (vaca retinta, cerdo ibérico).
Aves silvestres.
Cercados de piedra.
Localidad de partida Villanueva de Córdoba.
Descripción de la ruta.
Partimos de Villanueva de Córdoba por el camino del Santuario de la Virgen de Luna, y tras pasar por las instalaciones de la Cooperativa Olivarera, nos encontramos con un cruce, tomaremos el camino de la derecha.
Desde que prácticamente partimos de la localidad, el camino se encuentra encallejonado por los característicos cercados de piedra de la zona. Su función básica es la del aprovechamiento ganadero, y además de la importancia que tienen en el paisaje, estos cercados permiten que encuentren en ellos cobijo muchos animales, como reptiles, anfibios e insectos.
El camino discurre por la antigua dehesa de la Jara, en el mayor encinar adehesado del mundo (pues las dehesas es un tipo de paisaje que sólo existe en el sudoeste de España), que se extiende por el centro – este de los Pedroches, entre las localidades de Villanueva de Córdoba y Cardeña. A lo largo del camino se puede contemplar este magnífico ejemplo de convivencia entre el hombre y el medio ambiente, y la riqueza que hay en ella: las encinas, la alfombra de hierba y las numerosas especies que la componen, la ganadería autóctona, como las vacas de raza retinta o los cerdos de tronco ibérico, las aves que viven en ella, desde pajarillos a rapaces.
En la mitad del camino está el “Pozo de la Legua”, donde las dos romerías anuales de Villanueva de Córdoba al Santuario de la Virgen de Luna hacen un descanso para tomar un refrigerio. Un kilómetro más adelante, el arroyo de Navaltablado discurre paralelo a la izquierda del camino, y puede verse en él la flora y fauna típica de los arroyos. Alcanzamos un cruce en el sitio en el que arroyo deja el camino para dirigirse al sur, y continuamos por el del centro, hasta llegar al Santuario de la Virgen de Luna. Desde aquí se puede contemplar Villanueva que se expande plácidamente en una loma, y es verdadero espectáculo verla, cuando los rayos del sol inciden sobre ella haciéndola brillante y reluciente.
Distancia: 10 Km. (ida y vuelta).
Dificultad: Media-Alta.
Estación recomendada Primavera, verano, otoño, invierno.
Modalidad Senderismo.
Valores Dehesa de encinar.
Río Gato.
Minas de bismuto.
Loma de la Pizarra.
Matorral Mediterráneo
Cercados de piedra.
Localidad de partida Villanueva de Córdoba.
Descripción de la ruta.
La ruta comienza junto al nacimiento del Gato. Para llegar aquí tomamos la carretera de Villanueva a Obejo, y en el Km 9 cogemos ( a la derecha según vamos) la Pista del Moralejo ( o camino de Pozoblanco a la Campiña).
Seguimos por ella y a 3 Km. de la carretera, en el cruce con el tercer camino que parte a la izquierda, el camino del Judío en dirección sudoeste, a la izquierda según caminamos, y continuamos por él 1,5 Km., hasta que llegamos al nacimiento del río Gato, en la confluencia de los arroyos Guadalcazar y el arroyo del Polisar.
La ruta comienza en el paisaje de campos cercados y dehesas propios de la saliega. La ruta prosigue por la margen del río, y poco después de su unión con el arroyo judio, pueden verse restos de antiguas minas de bismuto. Estamos en la “raya de la pizarra”, donde se unen el batolítico granítico y los materiales sedimentarios ( pizarras), y la consecuencia es el cambio en el relieve, mucho más brusco y áspero en La pizarra que en la saliega de la que partimos. La flora que se conserva es una muestra de la vegetación original antes de la acción antrópica, y representantes del matorral mediterráneo como madroños, durillos, cornicabras, lentiscas o labiérnagas, todavía se albergan en las escarpadas márgenes del río Gato. Fluye éste en dirección sur, y continuamos hasta llegar a su unión con el arroyo del Rongil, desde donde desandamos nuestros pasos para llegar al punto de partida.
Distancia: 12,2 Km. (ida).
Dificultad: Media-Baja.
Estación recomendada Primavera, otoño, invierno.
Modalidad Senderismo, cicloturismo, cabalgada.
Valores Paseo por la dehesa mejor conservada de España.
Arroyo Guadamora
Ganadería (vaca retinta, cerdo ibérico).
Aves silvestres.
Cercados de piedra.
Urbano: Pedroche
Localidad de partida Villanueva de Córdoba.
Descripción de la ruta.
Comienza la ruta en la carretera de Villanueva de Córdoba a Pedroche, tomando el camino del Membrillo, por el que se continúa hasta llegar a su confluencia con el camino de las Terrajas, por el que proseguimos. Atravesamos el arroyo Guadamora, y un par de Kilómetros más allá, giramos al norte a la derecha, por el camino de Pedroche a la Virgen de Luna. Pasamos junto al vértice geodésico de la Panadera (685 m de altura) y proseguimos en dirección norte, hasta llegar a la confluencia del camino que traemos con el de la Majada de los Hoyos, por el que seguimos hasta llegar a Pedroche. Esta población fue el núcleo originario y capital de las Siete Villas de los Pedroches. Tiene un término municipal de 121,7 Km2, 1862 habitantes y está a 621 m sobre el nivel del mar.
Sus principales monumentos son:
La Torre renacentista, construida entre 1532 y 1586. Tiene cuatro cuerpos perfectamente diferenciados y una altura de 56 m. Es obra del arquitecto Hernán Ruiz.
Iglesia del Salvador, de estilo gótico mudéjar, es del siglo XVI, quizá sobre una antigua mezquita próxima al castillo.
Ermita de santa María del Castillo, del Siglo XV, situada en la parte más alta de la villa.
Ermita de San Sebastián, extramuros de la villa, construida en el Siglo XIV.
Ermita de la Virgen de Piedras Santas, Patrona de pedroche, sita a poca distancia de l población; construida en el siglo XVI con añadidos del XVII. En ella se conservan siete bancos de madera con los nombres de las Siete Villas, pues sus representantes se reunían en esta ermita para tratar de los asuntos comunales de estas villas: Añora, Alcaracejos, Pedroche, Pozoblanco, Torrecampo, Torremilano y Villanueva de Córdoba.
La Ruta del Granito discurre por el antiguo camino que unía Pedroche con Córdoba a su paso por nuestra localidad en los siglos XV y XVI, dando origen al núcleo poblacional de Villanueva de Córdoba en esta época.
En torno a este camino centenario se elevan los edificios civiles y religiosos más emblemáticos de la villa, entre los que destacan la Iglesia Parroquial de S. Miguel, el actual Ayuntamiento, el Convento de Cristo Rey, el Convento de las Obreras o las casas señoriales del casco urbano, donde el granito, abundante en nuestra tierra, da lugar a una arquitectura arquitrabada de gran solidez, que ofrece una estética de gran belleza.
Esta visita cultural se complementa con la gastronomía de Villanueva de Córdoba, para deleite del paladar de los que nos visitan.
El encanto de la cocina jarota reside en su estilo y en el sabroso gusto que dan sus condimentos.
Nuestra gastronomía goza de una curiosa simbiosis entre cultura culinaria adoptada de otras zonas y la autóctona; con el apoyo de un rico aporte de materias primas que hacen que nuestra cocina sea unas veces austera y otras veces exquisita.
Podemos citar entre sus geniales recetas el salmorejo, el gazpacho, las migas “tostás”, el ajo “migao” y la singular chanfaina, que es la comida típica del día de la matanza.
El valle de los Pedroches se encuentra cubierto de centenarias encinas, que producen la bellota, con las que se cría el cerdo ibérico, para que posteriormente contribuya a una excelente producción del conocido jamón ibérico de bellota.
También es frecuente en nuestros platos la caza del ciervo y el jabalí.
Está ruta se hace en grupos. Para inscribirse pueden llamar a la Oficina de Turismo de Villanueva de Córdoba, Tlf: 957120603 o a través del email: turismo@villanuevadecordoba.com
• Época: otoño, invierno y primavera
• Franja horaria: todo el día
• Acceso: coche
• Equipo óptico: prismáticos y telescopio
• Grupo de aves observables: rapaces diurnas, vencejos, paseriformes, rapaces nocturnas, garzas y cigüeñas.
• ¿Cómo llegar?
Desde Pozoblanco, tomaremos la CO-6411 hasta llegar al cruce con la CO-6413, justo en la entrada al campo de golf. Tomaremos ésta a la izquierda y continuaremos por ella durante 34 kilómetros hasta llegar a un puente. Justo al cruzar el puente veremos un camino a la izquierda, en el cual dejaremos el coche.
Andando por la margen derecha del río durante 500 metros llegaremos a la confluencia de los ríos Cuzna y Gato, nuestro punto de interés ornitológico.
Desde Villanueva de Córdoba, tomamos la A-3100 (conocida como carretera de Obejo) hasta el kilómetro 23. En este punto, conocido como la Loma del Caballón, nos encontraremos con una carretera que sale hacia la izquierda dirección Adamuz (A-3001) Continuaremos recto, aunque la carretera pasa a tomar la denominación A-3176, que conduce hasta Obejo. Llegaremos a un puente (al pasar el punto kilométrico 21) y continuaremos 1 km más hasta llegar a la confluencia con la carretera CO-6413 que viene de Pozoblanco. Tomaremos ésta y a unos 150 metros llegaremos a un puente del que sale un camino, y donde dejaremos el coche. Siguiendo la orilla derecha del río a unos 500 metros llegaremos a la confluencia de los ríos Cuzna y Gato, nuestro punto de interés ornitológico.
• Descripción del PIOP.
El PIOP se encuentra en la confluencia de los ríos Cuzna y Gato, que al unirse forman el Río Guadalmellato, afluente del Guadalquivir.
La característica del río Gato es su encajonamiento en el terreno, constituido fundamentalmente por pizarras, así como un interesante y cerrado bosque galería. De caudal escaso y cauce estrecho, con numerosas rocas y lecho pedregoso, presenta un acusado estiaje. De esta manera el agua en verano queda relegada en pequeñas charcas que concentra a una interesante fauna, detectable fácilmente por sus huellas
y restos. Entre esta fauna podemos encontrar deyecciones y huellas de Nutria, Jabalí, Ciervo, Galápago leproso y la Culebra viperina. Debido al escaso caudal y la densidad del bosque, no es muy numerosa la avifauna acuática. Aun así podremos encontrar Ánade azulón y alguna Garza real. Sí son más numerosas las aves que frecuentan el bosque galería: Zorzal común, Estornino negro, Zorzal charlo, Oropéndola, Picogordo, Golondrina dáurica, Curruca capirotada, Martín pescador, Ruiseñor común, Mosquitero común y Arrendajo, entre otros.
Los terrenos adyacentes se caracterizan por sus fuertes pendientes, en los que encontramos el olivar típico de esta zona de sierra. Gran parte de la producción de este olivar es de tipo ecológico. Ello ha permitido detener, en gran medida, los graves problemas de erosión del terreno que existían en esta zona, debidos al
agresivo laboreo que se practicaba en estas zonas de fuerte pendiente. Entre estos olivares quedan algunos enormes cantiles rocosos en los que podrá ser fácil observar al Águila perdicera y el Águila real.
• Con otra óptica... El bosque de ribera.
Los seres vivos están adaptados a unas determinadas condiciones ambientales, por lo que las especies presentes en zonas húmedas son muy distintas de las de zonas en las que el agua no es abundante. Así, en los ríos nos podemos encontrar una comunidad que depende muy directamente del agua, y que en el caso de la vegetación, cuando está bien desarrollada se denomina bosque galería, que va siguiendo y cubriendo, en mayor o menor medida, el curso del río. Dentro de este ecosistema, existe una clara distribución de especies según su mayor o menor dependencia del agua. De tal manera que las más dependientes del agua crecen junto al cauce o dentro de él y las que lo son menos pueden alejarse unos metros de la orilla. Especies típicas de este ecosistema son: el fresno de hoja estrecha, el aliso, el sauce, adelfa, tamujo, rosal silvestre o la zarza.
Respecto a la fauna, no solamente encontraremos especies ligadas directamente a medios acuáticos, sino también otras que buscan refugio o alimento en la vegetación del bosque galería, aumentando la biodiversidad.
• Especies de interés:
Ánade azulón, Garza real, Zorzal común, Estornino negro, Zorzal charlo, Oropéndola, Picogordo, Golondrina dáurica, Curruca capirotada, Martín pescador, Ruiseñor común, Mosquitero común, Agateador común, Arrendajo, Águila real, Águila perdicera, Búho real.
Distancia: 6,5 km
Se encuentra en un enclave natural único, formado por el mar de encinas mejor conservadas del sur de Europa, «nuestra seña de identidad», y que ha sido testigo mudo de gran parte de la Historia de España, cuyos vecinos siguen cuidándolo como hace siglos con una cultura y tradiciones que han perdurado a través de diferentes épocas, siendo uno de los ejemplos más claros que hay de desarrollo sostenible. Sustento hoy de
una rica cabaña de ganado porcino, vacuno y ovino. Nos encontramos en Villanueva de Córdoba en la Dehesa de la Comarca de Los Pedroches, invitándote a disfrutar en su recorrido.
Mientras transitamos por esta ruta, veremos antiguos pozos que se construyeron a partir de 1931 para el consumo de la ganadería y de la población al no haber agua corriente en las casas. Junto a ellos se conservan las pilas de granito o lavaderos públicos que se utilizaban para lavar la ropa. Se trata de elementos singulares de la cultura tradicional andaluza. En Los Pedroches abundan los lavaderos públicos que están integrados por pilas sueltas, labradas en granito o excavadas en la roca, en batería o alineadas en un costado de la fuente o pozo.
Iniciamos aquí la ruta, junto al Poste 1, en la parte inferior de la Plaza de Toros. Encontraremos primero el Pozo Fuente del Caño, con las pilas para lavar a su alrededor. Continuamos bajando encontrándonos con el Pozo de La Cadena, mucho mayor y más profundo que el anterior y que también conserva sus lavaderos. Seguimos descendiendo durante 1 km por el Camino de la Fuente el Caño y tomamos el desvío a la derecha, como indica el Poste 2, introduciéndonos en una zona más poblada de dehesa.
Avanzamos, y tras cruzar un pequeño arroyo llegamos hasta un cruce, después de 1,4 km llegando al Poste 3, donde debemos girar a la derecha.
Disfrutamos de las preciosas vistas de la dehesa por un tramo de 600 metros hasta que alcanzamos otro cruce, Poste 4, donde de nuevo continuamos hacia la derecha, entrando en el Camino de las Mojoneras, y tras 300 metros, tomamos a la izquierda como indica el Poste 5, recorriendo el Camino de los Terrajos para terminar en el Camino de la Virgen de Luna después de 400 metros, junto al Poste 6. Aquí, giramos a la derecha en dirección al pueblo y, aunque nos encontramos con otro camino en el margen derecho, seguimos recto como indica el Poste 7. En este punto podemos observar una bonita panorámica del pueblo, iniciando una ligera bajada hasta llegar a la Coop. Olivarera Ntra. Sra. de Luna, junto a la cual encontramos otro pozo con sus pilas para lavar.
Seguimos las indicaciones del Poste 8 hasta entrar en la localidad donde se sitúa el último poste, el número 9. Aquí debemos prestar más atención a los vehículos. Subimos por la Calle Jara, que es la situada en el extremo derecho, llegando al cruce con Calle Luna, donde de nuevo giramos a la derecha y caminamos hasta el final de la misma para llegar a una zona arbolada, que está junto al punto de inicio de la ruta.
Mientras transitamos por esta ruta, veremos antiguos pozos que se construyeron a partir de 1931 para el consumo de la ganadería y de la población al no haber agua corriente en las casas. Junto a ellos se conservan las pilas de granito o lavaderos públicos que se utilizaban para lavar la ropa. Se trata de elementos singulares de la cultura tradicional andaluza. En Los Pedroches abundan los lavaderos públicos que están integrados por pilas sueltas, labradas en granito o excavadas en la roca, en batería o alineadas en un costado de la fuente o pozo.
Iniciamos aquí la ruta, junto al Poste 1, en la parte inferior de la Plaza de Toros. Encontraremos primero el Pozo Fuente del Caño, con las pilas para lavar a su alrededor. Continuamos bajando encontrándonos con el Pozo de La Cadena, mucho mayor y más profundo que el anterior y que también conserva sus lavaderos. Seguimos descendiendo durante 1 km por el Camino de la Fuente el Caño y tomamos el desvío a la derecha, como indica el Poste 2, introduciéndonos en una zona más poblada de dehesa.
Avanzamos, y tras cruzar un pequeño arroyo llegamos hasta un cruce, después de 1,4 km llegando al Poste 3, donde debemos girar a la derecha.
Disfrutamos de las preciosas vistas de la dehesa por un tramo de 600 metros hasta que alcanzamos otro cruce, Poste 4, donde de nuevo continuamos hacia la derecha, entrando en el Camino de las Mojoneras, y tras 300 metros, tomamos a la izquierda como indica el Poste 5, recorriendo el Camino de los Terrajos para terminar en el Camino de la Virgen de Luna después de 400 metros, junto al Poste 6. Aquí, giramos a la derecha en dirección al pueblo y, aunque nos encontramos con otro camino en el margen derecho, seguimos recto como indica el Poste 7. En este punto podemos observar una bonita panorámica del pueblo, iniciando una ligera bajada hasta llegar a la Coop. Olivarera Ntra. Sra. de Luna, junto a la cual encontramos otro pozo con sus pilas para lavar.
Seguimos las indicaciones del Poste 8 hasta entrar en la localidad donde se sitúa el último poste, el número 9. Aquí debemos prestar más atención a los vehículos. Subimos por la Calle Jara, que es la situada en el extremo derecho, llegando al cruce con Calle Luna, donde de nuevo giramos a la derecha y caminamos hasta el final de la misma para llegar a una zona arbolada, que está junto al punto de inicio de la ruta.
Dificultad Fácil, recorrido lineal con alternativa hasta la Ermita de la Virgen de Luna.
Distancia 2.45 km
Interés Etnográfico/Natural/Histórico/Paisajístico
Tipología Lineal
Inicio en núcleo urbano Sí
• ¿Cómo llegar?
Salir de Córdoba por la A-4 en dirección Montoro. Tras unos 36 km tomaremos la salida 359 para seguir por la N-420 Córdoba-Tarragona, dirección Cardeña-Ciudad Real. Pasado el punto kilométrico 81 deberemos tomar la salida Cardeña/Villanueva de Córdoba por la carretera autonómica A-424. Continuamos 26 km, hasta llegar a Villanueva de Córdoba. Una vez allí, lo siguiente que tenemos que hacer es buscar la plaza de toros, lugar donde comienza nuestra ruta.
La ruta comienza partiendo de la plaza de toros siguiendo el camino de la Bermejuela hasta llegar al lavadero Fuente el Caño y al Pozo de la Cadena. Después de retroceder hasta la plaza de toros, el segundo tramo discurre por el camino de la Conejera hasta llegar, a unos 450 m, al lavadero El Gusanito situado en el paraje de “Las Conejeras”.
Una vez llegados a este punto cambiamos de sentido para conectar con el punto de unión de los anteriores caminos recorridos. Atravesamos el pueblo por la calle Luna y a la izquierda por la calle Jara dirigirnos, a 550 m del casco urbano por el camino de la Virgen de Luna, donde se sitúa el lavadero El Regajito y así finalizar el recorrido.
Villanueva de Córdoba es un municipio alejado de ríos que tengan un gran caudal de agua. Es por ello, que sus habitantes se vieron en la necesidad de buscar agua haciendo pozos, tanto en el casco urbano (dentro, incluso, de las propias casas), como en el extrarradio. La búsqueda de agua se ve favorecida por la geología del terreno. Al ser éste una gran masa de granito, crea pequeñas bolsas de agua subterránea que quedan a poca profundidad haciendo, relativamente fácil, su extracción.
Al principio los pozos y fuentes públicos se utilizaron para consumo humano y del ganado por la claridad del agua, al estar más cercanos a bolsas de agua subterráneas. Posteriormente, se construyeron lavaderos junto a estos pozos y fuentes, ya que no todas las casas disponían en su interior de un pozo, y en muchas
ocasiones el agua no era lo bastante clara como para poder lavar. Es por esto que se pueden apreciar pozos
y abrevaderos junto a lavaderos.
• Lavadero de la Fuente del Caño
El lavadero de la Fuente del Caño cuenta con 18 pilas situadas en un talud que permitía el llenado del abrevadero de forma natural. Las pilas se llenaban de agua del pozo para después lavar y aclarar la ropa. Al haber pocas pilas siempre había disputas por conseguir una.
Cuando no se disponía de pila de granito se lavaba en paneras y lavapiés que se colocaban en el ponedero para lavar en mejor posición. Cuando no había ponederos, las mujeres lo hacían colocando piedras que extraían de las paredes de las cercas de al lado. A escasos metros se encuentra el pozo Grande o pozo de la Cadena, rodeado en semicírculo de pilas de granito. Antiguamente, cuando las mujeres se agrupaban para lavar, en ocasiones se secaban los pozos, por lo que tenían que esperar a que se recuperasen.
Aunque la situación de los lavaderos estaba condicionada, como es lógico, por la disponibilidad de agua en el lugar, también es necesario hacer notar que se situaban en algunos de los numerosos caminos, que de forma radial, salían desde la localidad hacia las fincas y parcelas de dehesa que la rodean. El tránsito de ganado por estos caminos debió ser importante, por lo que no es de extrañar que algunos de estos
lavaderos fueran, al mismo tiempo, abrevaderos para el ganado.
La estructura geológica de la zona, dominada por un gran batolito de roca granítica, hace que la capa freática sea muy superficial y limitada a la roca alterada que cubre el batolito. La capacidad de almacenamiento de agua es, por ello, relativamente escasa. De ahí que, en épocas de escasez de lluvias, si las extracciones de agua eran muy repetidas, los pozos tardaran en recuperarse.
• Lavadero El Gusanito
Este lavadero es conocido por el nombre de El Gusanito. Cuenta con 14 pilas de granito desbastado y junto a él también podemos contemplar un gran pozo, igualmente de granito, y un puente de lajas graníticas.
El lavadero de El Gusanito, fue muy utilizado por las mujeres de Villanueva de Córdoba hasta la segunda mitad del siglo XX, debido a su cercanía a la población, a las numerosas pilas y la gran explanada para secar la ropa.
El día de lavado, que solía ser una vez por semana, comenzaba cuando aún no había amanecido, a eso de las cuatro o cinco de la mañana, pues era muy importante coger un sitio no muy alejado del pozo, así como terminar de las primeras, cuando aún había juncos libres o alguna buena ponedera, donde tender la ropa.
Una vez terminada la colada había que regresar con la carga hasta la casa. Para ello, colocaban un paño roscado sobre su cabeza, conocido como ruilla, para que amortiguara, en la medida de lo posible, el peso de la panera o los cántaros que colocaban sobre ésta.
Pero la ruilla no era el único utensilio que las mujeres utilizaban cuando acudían al lavadero. La panera era un recipiente grande de madera, que carecía de asas, y que se utilizaba para transportar la ropa.
Además, también llevaban consigo un caldero o cubo, para sacar el agua del pozo; un lavapiés, recipiente de metal y de forma redonda provisto de asas, utilizado para lavar o transportar la ropa; el lavadero, tabla de madera rectangular estriada en la que, al frotar la ropa, ayudaba a eliminar la suciedad más difícil de quitar y, por último, jabón de sosa, elaborado por las propias mujeres con aceite usado, sosa cáustica y agua.
Pero ninguno de los utensilios era realmente útil sin el ingenio de las lavanderas.
• Lavadero El Regajito
A continuación se le daba una ojeada a la ropa por si necesitaba otro lavado. Si estaba lo suficientemente limpia, se hondeaba aclarándola con agua para quitar los restos de jabón. En caso de seguir con suciedad, se volvía a rehervir de nuevo.
En el último aclarado se le echaba azulillo, polvos de añil, que se empleaban para dar un tono azulado a la ropa blanca después de lavarla.
Para evitar que la ropa tardara mucho en secarse, se solía escurrir o estrujar (si las prendas eran demasiado grandes, lo hacían entre varias personas). Una vez escurrida, se sacudía enérgicamente y se estiraba para eliminar el mayor número posible de arrugas.
Por último, se tendía sobre juncos, paredes o cuerdas que ataban de árbol a árbol. Era en este punto donde las mujeres, mientras esperaban, contaban sus chismes y se ponían al día sobre las noticias que acontecían en la localidad.
La ruta en Google
Ruta de los Lavaderos de Villanueva de Córdoba
En los Pedroches es difícil no incluir la dehesa en cualquiera de los recorridos que se diseñen, pero es este
itinerario (junto con el de Cardeña Azuel) el que mas nos va a permitir «disfrutar» de la dehesa.
La dehesa no es un ecosistema natural, es producto de una intervención del hombre sobre el primitivo
bosque mediterráneo. Pretendía obtener terrenos en los que creciesen pastos para el ganado y aprovechar
los frutos de la encina. este itinerario es magnifico para comprobar la adecuación de una actividad al
entorno y como el hombre ha utilizado los materiales que le proporciona el mismo para su propio
provecho, tal como queda patente en las magnificas cercas de piedra que jalonan la mayor parte del
camino. Las cercas estaban destinadas a evitar que el ganado invadiera pagos ajenos, al mismo tiempo
que permitían parcelar la propiedad y favorecer la rotación de actividades.
El transito entre la dehesa y el olivar va parejo con el cambio de terrenos: zona granítica, suavemente
alomada y cubierta por dehesas y zona de esquistos y pizarras, mas quebradas, con olivar plantado en la
primera mitad del S. XX.
Respecto a la fauna, podemos observar multitud de pájaros y con un poco de suerte, rapaces como el
ratonero, el buitre leonado o el águila real.
Recorrido de la Ruta
https://cietlospedroches.es/wp-content/uploads/2017/02/de_la_dehesa_al_olivar.pdf